Se acomoda el dolor en tu recuerdo… Se suspenden los días bajo el manto de tu ausencia; se agarrota la existencia entre tus pliegues, aferrando tus manos en ese último adiós definitivo cuando las vísceras dibujan un silencio sangriento sobre lienzos de rabia e impotencia…
No, no hay consuelo para estas horas muertas, ni respuestas que conformen este adiós tan prematuro, y mis ojos se rinden abatidos mientras los fantasmas vomitan sobre el hielo que me cubre.
Julio 2009
miércoles, 2 de marzo de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario