
Ya nos falta otro, otro de los grandes, uno de los que supo vestir con indiscutible talento la palabra de poesía. No en vano fue Premio Cervantes 2003 y Premio Nacional de Literatura de Chile 1992, y aunque se haya ido completando una vida larga y digna, no deja de quedarse la literatura un poco huérfana tras su pérdida.
Es el cielo sin duda quien gana con estas escapadas, y sus versos, a partir de hoy, brillarán como relámpagos sobre el horizonte…

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