martes, 1 de marzo de 2011

Recital Poético en la Coruña

24 Julio 2009

Hablar del Recital de la Coruña es hablar de empeño, de ilusión, de logros conseguidos...
Fue, en su momento y puesto que este post se publica tres años después, hablar de una gente de la que hoy, sinceramente no quiero hablar porque no se lo merecen. Fue ¡cómo no! otorgar protagonismo a la promotora de todo, de la cual no cito ni su nombre porque no tiene hueco en este espacio, que ahora, señora, es mío... Fue hacerla sentirse viva e importante a costa nuestra y de nuestros versos, y regalarle unos días de placer inolvidables que de otra forma y teniendo en cuenta lo poco que representa por sí misma, no hubiera disfrutado jamás. Fue en definitiva, hacer caridad con una pobre mujer, una inculta literaria que nos hizo creer que era ella la que nos favorecía y no al contrario. Y es en ese perfil caritativo que conlleva el acto, es en el que asiento mi recuerdo y me conformo, porque después de todo, es humano enseñar al que no sabe y compartir con los pobres.

Hablar del recital es por supuesto hablar de poesía en todo su conjunto, y de esa Casa Museo de Emilia Pardo Bazán que nos brindó una calurosa acogida...

Pero hablar de esa quedada literaria, es también y en paralelo, hablar de amistad, ternura y compañerismo en la máxima expresión de la palabra; hoy repito, sólo incluyo en este apartado a algunos de los presentes, pero con esos, con los de verdad, me quedo.

Como muy bien apunta "Carmona" en ese vídeo que, incluso colgó en Youtube sin pedirnos permiso, hablar del recital es hablar de cenas copiosas, de copas nocturnas y charlas compartidas hasta el amanecer, en ese punto en el que ya el alma habla por sí misma, y como pude comprobar después, incluso miente con insultante descaro...

Era mi primer encuentro con todos vosotros y mi primer contacto verbal con la mayoría, pero no necesité que las agujas del reloj recorrieran grandes trayectos para sentirme entre amigos, como si de alguna forma ese encuentro nos hubiera estado aguardando mucho tiempo y estuviera especialmente prediseñado para nosotros... ¡Lástima que algunos, sólo días más tarde nos vendieran sin reparos, como Judas Iscariote!

Carmen Albertus, Asterio, Rocío, Carmen Calvo, Jose, Juana Corsina...
Os habéis quedado prendidos en mi alma y ahora ya viajáis en mi mochila y sois parte de mi equipaje... los demás, si acaso llegarais a leer estas líneas, afortunadamente ya sólo sois pasado.
Gracias por todo lo que me habéis hecho vivir los buenos y por la desconfianza que me habéis sembrado los malos, porque de eso también se aprende.
Gracias a ti, A Coruña maravillosa, por tu acogida, por tu gente noble y tu tierra estupenda... y por ese mar azul intenso que aún hoy inunda mi recuerdo.

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